miércoles, 15 de junio de 2011

Quiero ser puta

¡Qué perversa costumbre mezclar sensibilidad con debilidad!. Vemos a alguien llorar y lo creemos derrotado. Pero la fuerza, la verdadera fuerza, viene de ese mismo llanto.

Históricamente, cuando las mujeres asumieron una posición de poder o mando, el establishment  les exigió características, a priori, consideradas masculinas.  Sobre todo, cierto estilo de dirección duro, frío. Incluso, para no ser consideradas frágiles, esa dureza debía estar potenciada. El ejemplo más cabal es la Dama de Hierro, Margaret Thatcher, personaje repugnante por donde se lo mire. Plantear una alternativa a este modelo merecía (merece) a nuestro género tres posibles adjetivos: débil, loca o puta.
Ojo, nada peor que una mujer para ejercer la misoginia. Si no, pregúntenle a Elisa Carrió que piensa de Cristina sin Néstor. O que pensaba de Cristina con Néstor.
Nada irrita más a un machista (sea del sexo que sea) que una mujer con poder. Pero es el acabose cuando esta mujer se arregla, seduce, argumenta, ama. Y, para colmo, se da el lujo de llorar en público. Y, después, encima, se da vuelta y pone en orden a un país,  le da una orden a un país.
Y hablo de Cristina por admiración, por ser la más atrevida de todas nosotras. Pero lo cierto es que hablo de un montón de otras mujeres.
La fuerza sólo nace de la valentía y de la pasión. Nadie es más pasional que quien se da espacio para seguir aprendiendo. Nadie es más firme que quien confía en la propia inteligencia. Nadie es más trascendente que quien ama y lo grita a los cuatro vientos.   
Y nadie es más fuerte que quien desafía el “deber ser”, el modelo de poder que supieron conseguir.
Defender su femineidad; su capacidad de gestionar; su brillantez; su sensibilidad; su coquetería; su historia de amor; es la mayor fortaleza de Cristina. Su originalidad. Y una de sus batallas más difíciles.
Luchemos junto a ella. Lloremos. Lloremos todas por el amor perdido. Lloremos con dolor y pasión: hagámonos fuertes. Discutamos. Maquillémonos. Menstruemos y seamos menopáusicas. Y cuando nos digan débiles, locas o putas, no perdamos el tiempo: démosles la razón. Mientras tanto, nosotras y nuestros compañeros estaremos dando vuelta la historia.

5 comentarios:

  1. Aguante Cristina y la blogger!!! Malditos machistas, hombres o mujeres!!!!! Son resentidos con complejos de inferioridad!!!
    KV.
    Saludos,
    Gatobelcha.

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  2. Grande Dani! Aguante Cristina carajo!!
    Un abrazo
    Nacho (compa ilseño del Felix)

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  3. Las grandes personas inspiran grandes pasiones, así como ellas mismas las sienten. Por eso a Cristina la amamos y admiramos, y otros la odian y defenestran. Yo sólo espero estar siempre a la altura de las circunstancias, junto a ella, junto a nosotros, defendiendo esto que molesta tanto...Mónica

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  4. Siempre amé, gocé, sufrí, sentí, milité,viví del brazo de esas putas. Solo espero haber tenido la altura, y si así fue seguirla teniendo, para que me elijan como compañero. Ah, y aunque no sea de un hombre tradicional, como ellos quieren, otra vez me hiciste llorar. dsh

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  5. Ahora mismo estoy con lágrimas por esto que acabo de leer. Y no es por debilidad. Sinó que es por sensibilidad, que es lo que se necesita para poder ver que es lo que necesita el otro. Creo que es eso lo que posee Cristina, sensibilidad (aparte de todo lo ennumerado)...

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