Es la cuarta vez en la semana que a Martin Luther lo amenazan de muerte. La mujer le dice, los amigos le dicen. ¿Y si dejás enfriar un poco las cosas?. ¿Dejás que todo se tranquilice?. ¿Llamás a la gente a la concertación?. Y, sí. ¿Qué puedo conseguir yo?, se pregunta. Y se va con su mujer dios sabe a qué balneario.
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